Hola trotamundos!
Llevaba bastante tiempo con la broma de que quería dejarlo todo e irme a Bali. No me preguntéis porqué. A lo mejor, «Come, Reza, Ama» tuvo algo que ver, pero bueno, lo importante es que al final he podido ir a Bali. No…tranquilos, no lo he dejado todo. Para mi desgracia, he vuelto a la realidad 😦
Si es que esto es un paraíso. Los paisajes, el ambiente, las puestas de sol y los cielos nocturnos son indescriptibles. Al principio, te vuelves loco intentando sacar fotos de todo; intentando capturar lo que ves en una imagen para, si es posible, dar un poco de envidia a los que se han quedado en casa 😛 Pero llega un punto en el que te quedas ensimismado mirando el paisaje, simplemente disfrutando. Hasta que el guía te interrumpe y te suelta: «want photo here, yes?» (¿una foto aquí?) La primera vez lo miras con cara de pocos amigos, ¿para qué me interrumpes?, pero luego hasta agradeces que de vez en cuando alguien te devuelva a la realidad. (Que hay que volver al hotel en algún punto XD)
La aventura empieza cuando aterrizo en Denpasar. Es casi media noche y estoy muerta de todo el día en Yakarta. Menos mal que me quedo en Jimbaran, que está a solo 20 minutos del aeropuerto. Como recomendación, coged los taxis oficiales. Es decir, id al mostrador y pedir el taxi, que si no os cobran un dineral (bueno…dineral en rupias…que en euros sería una carrera de 20€…pero aquí eso es que te han timado).
En Jimbaran paso dos noches y el hotel está en plena playa, aunque el primer día solo la piso para ver la puesta de sol.
Puesta de sol en Jimbaran
Esta playa es bastante turística, pero por lo visto es donde se encuentra el mejor marisco. La verdad es que nos portamos como unos buenos «guiris» y cenamos en los «chiringuitos» de la playa. Para que os hagáis una idea, un menú para dos personas incluye: sopa, verduras, papas fritas o arroz, calamares, gambas o langostinos, cangrejo, langosta, pescado, fruta y dos bebidas por persona. Todo eso te sale 1.000.000Rp (aprox. 60€) Si, comparado con todo lo demás, puede parecer caro, pero ya os digo que es muchísima comida y el marisco es fresco!
Los «chiringuitos» de playa
Los siguientes tres días, nos quedaremos en la región de Tabanan, dándonos un capricho en las villas de WakaGangga. En realidad nos íbamos a quedar solo dos noches, pero ¿quién se puede resistir a una villa con spa, piscina privada, playa privada, atención las 24h y a precio de chiste? Yo no.
Villa de WakaGangga
Así que hacemos check out en el hotel de Jimbaran y nos dirigimos a WakaGangga. El trayecto dura poco más de una hora y nos cobran 250.000Rp (aprox. 15€) Nada más llegar, te reciben con una toallita frita y un té de bienvenida. ¡Este sitio te hace sentir especial! Dejamos las cosas en la villa, nos damos un festín en el almuerzo y directos a la piscina privada. Después, vienen a darnos un masaje de cortesía y decidimos salir a la playa a ver lo que queda de la puesta de sol. Una lástima que la cámara no capture sensaciones….
Playa de WakaGangga
El segundo día, decidimos hacer el vago por la mañana. ¡Para eso están las vacaciones! Nos damos un paseito por la playa, donde te encuentras sorpresas como un templo en la mitad XD
Templo en la playa
Y el resto del día lo disfrutamos de lo lindo en la piscina privada, donde cae un par de margaritas…Por la tarde nos recogen para ir a ver la puesta de sol al templo de Tanah Lot. Es un templo que está en un saliente en el mar. Desde luego, te deja sin palabras
Puesta de sol en Tanah Lot
Amanece el tercer día en Tabanan y decidimos hacer un poco de turisteo (aunque yo me quedaba tirada todo el día en la tumbona con el libro…). Hemos negociado con el conductor que nos recogió ayer y nos va a dar un paseo por toda la zona sur de Bali por 30€ el día entero. Empezamos pasando por Seminyak y la primera parada la hacemos en Nusa Dua, donde nos vamos de excursión hasta la isla de las tortugas
La isla de las tortugas
Luego bajamos hasta Uluwatu, uno de los sitios preferidos de los surfistas aunque también es famoso por su templo en el acantilado. Dentro del templo no te dejan entrar, salvo que seas hinduísta y vayas a rezar. Pero las vistas exteriores y al acantilado son muy chulas. Eso sí, ¡MUCHO CUIDADO CON LOS MONOS! Tienen una mala leche que para qué…y además, ladrones. No llevéis nada brillante, ni gafas, ni gorras, y esconded la cámara cuando los veáis. Ignoradlos, si no queréis tener que correr detrás (y luego delante) del mono por todo el parque. Creedme, lo vimos XD
Templo de Uluwatu
De Uluwatu, subimos hasta Jimbaran para almorzar en la playa, pero antes hacemos una parada en un pequeño sitio donde te enseñan cómo se hace el cafe Luwak. ¿Sabíais que sale de los excrementos de un animal? Con tanto trabajo que lleva para limpiar los granos, no me extraña que cueste un dineral.
Tras echar la tarde en Jimbaran, volvemos a Tabanan, con la intención de ver la puesta de sol desde la playa privada del hotel, pero nos pilla de camino…..
Puesta de sol en los campos de arroz de Tabanan
Nada que envidiarle a la playa, ¿verdad? 😉
Llega el día en que nos toca abandonar la paradisíaca villa de WakaGangga y nos dirigimos a Ubud: ciudad cultural de Bali. Tengo que decir que Ubud mola, pero está excesivamente lleva de turistas y pierde un poco el encanto, sobretodo si lo comparas con los pueblecitos perdidos de Bali por los que hemos pasado.
Ubud es famosa por sus museos, sus galerías, su palacio real, su templo central, el parque de los monos, los campos de arroz y porque es la ciudad donde Julia Roberts encontró el amor en «Come, Reza, Ama» (si…le sacan partido a la peli, y te lo dicen en la oficina de turismo cuando preguntas ¿Qué me recomiendas ver? ¬¬ ).
Palacio real de Ubud
Pero dejad que os cuente eso del «templo central». Los templos son en Bali, como las iglesias en Roma o los chinos en España: hay uno en cada esquina. Y los pueblos que tienen un tamaño considerable, tienen al menos tres templos: uno a la entrada, uno en el medio (que suele ser el principal) y uno a la salida (dedicado a Durga, nuestra ya conocida diosa de la muerte, mujer de Shiva). Por eso, si veis «Pura Desa» cada dos por tres, no significa que estéis dando como unos tontos, sino que estáis pasando por el templo central de ese pueblo.
Pura Desa de Ubud
Pero si hay algo que mola en Ubud es el mercado. Si no sabes regatear (como yo), llévate a un experto, porque se pueden sacar cosas muy chulas por un par de euros nada más. Eso sí, ¡es inmenso! (No entiendo como la Roberts encontró el amor ahí…a mi me costó encontrar una pulsera…)
En Ubud nos alojamos en un hotelillo que me recomendaron que está algo apartado del centro (unos 10 minutos en coche, lo que son unas 40-50.ooo Rp), pero es super tranquilo y muy balinés (si es que eso es un estilo ^_^’) Solo una recomendación: aunque las habitaciones en la planta baja molan mucho porque accedes directamente a la piscina…pedid una en la planta alta. Hay menos bichos, jajajaja.
Vistas desde nuestra habitación
Nuestro último día en Bali lo vamos a pasar en Bedugul. Así que nuestro conductor (sip, le hemos cogido cariño…) nos recoge a las 12 y nos dirigimos hacia el norte de la isla. Nos ha pillado un día un poco nublado pero no por eso las vistas pierden encanto. La idea es quedarnos cerca del templo Pura Ulun Danu, que está en un lago, en Danau Bratan, pero antes haremos una parada en los campos de arroz (si, si, en esos que salen en las postales :P). Son super bonitos. Tienen un verde que no se puede reflejar ni con la mejor cámara. Y aunque nos chispeó un poco, juzgad vosotros mismos….
Campos de arroz
Por fin llegamos a Bedugul y tengo que decir que si me pudiese casar con un sitio, sería este. El hotel es impresionante. Es un conjunto de 6 villas, que tienen acceso privado al lago y al puerto. Y las vistas…las vistas al lago son increíbles, y desde las villas más altas puedes ver el templo de Ulun Danu.
Nuestra villa
Hacemos check in, almorzamos en el mismo hotel (con estas vistas, ¿para qué moverse?) y decimos que queremos ir a visitar el templo. Tengo que confesar una cosa. Cuando le pregunté a la chica del hotel por formas para visitar el templo, me esperaba de todo menos «Vale, avisaré a nuestro personal para que os recojan en vuestro puerto privado a las 3:30 y os lleven». Sep. Mi cara tuvo que ser un poema porque mi amiga tuvo que tirar de mi XD
Atardecer sobre el lago, con vistas al puerto privado
Nos llevan hasta el templo en una especie de piragua con tan mala suerte que nos empezó a lloviznar en el camino. No había donde refugiarse, así que nos dio un ataque de risa a los tres (si, si, «capitán» incluido). Eso sí, llegar hasta el templo en ese tipo de embarcación tuvo un efecto muy curioso….Digamos que saldremos en las fotos de las vacaciones de mucha gente XD Pero mereció la pena
Llegando al templo
El templo de Ulun Danu es un templo hinduista que se encuentra en unas islas en el lago. Solo se puede acceder por agua y aunque hay un sitio donde alquilar barcos, si os quedáis por la zona, prácticamente todos los hoteles tienen transporte al templo. Y pesar de que el día estaba como estaba, este templo te deja sin palabras.
Templo de Ulun Danu
Hoy, la puesta de sol nos pilla en mitad del lago, de vuelta al hotel. Nada mal, ¿no?
Puesta de sol desde el lago
Una lástima que nuestra estancia en este sitio haya sido tan corta. Desde luego, ¡pienso repetir!
Amanecer desde la villa (by Deepa)
Bali ha sido totalmente mágico. Sé que puede sonar cursi, pero es auténtico. Una isla que todavía es muy natural (¡y esperemos que dure!), donde la gente se desvive por agradar, y donde cada rincón es único (no veréis dos campos de arroz iguales :P). Sé que suele ser un destino surfero, pero esta isla puede ofrecer mucho más que sol, playa y olas.
Como siempre,
xoxox
Hotel Jimbaran: Sari Segara Resort
Hotel Tabanan: WakaGangga
Hotel Ubud: Bunga Permai
Hotel Bedugul: Puri Candikuning Retreat